Marta y los charcos de la lluvia
Había una vez una niña llamada Marta, que tenía un chubasquero amarillo brillante y unas botas de agua tan altas que, si las ponía una encima de la otra, ¡podrían…
Había una vez una niña llamada Marta, que tenía un chubasquero amarillo brillante y unas botas de agua tan altas que, si las ponía una encima de la otra, ¡podrían…