Los toboganes mágicos del AguaSplash
Había una vez una niña llamada Rebeca que adoraba el verano. Le gustaban los polos de lima, los castillos de arena y, sobre todo, los toboganes de agua. Un día, su mamá le dijo: —¡Hoy vamos al parque acuático AguaSplash!. Rebeca pegó un salto…
El fantasmita humeante que no sabía escuchar
Había una vez, en el Reino de los Teléfonos Parlantes (donde hasta los enchufes murmuraban secretos electrónicos), una niña llamada Adriana y un fantasmita llamado Paco. Paco no era un fantasma normal que da sustos… no, no. ¡Era un fantasma que hablaba más que…
La piscina volcán de Las Lanzas
Había una vez una niña llamada Sofía que se despertó un domingo muy feliz. ¡Hoy tocaba plan con su mamá y todas sus amigas!. Iban a pasar el día en la playa y luego en la piscina de una urbanización que se llamaba Las…
El tambor del Orgullo Arcoíris
Había una vez un día tan especial, tan especial, que hasta los semáforos parecían guiñar el ojo de lo contentos que estaban. Se celebraba cada año en muchos lugares del mundo y se llamaba el Día del Orgullo: una fiesta con millones de colores,…
Alma y el superpoder de decir no
Había una vez, en un pueblecito lleno de flores, columpios y gatos perezosos (tan perezosos que algunos ni maullaban, solo levantaban una ceja), una niña llamada Alma. Tenía seis años, el pelo en dos trencitas alborotadas como cables de espagueti, y una sonrisa con…
El Castillo del Queso y los Ladrones Mantequilla
Había una vez, en un valle lleno de flores y mariposas bailarinas, un castillo muy peculiar: el Castillo del Queso. No estaba hecho de piedra ni de ladrillos, sino de ¡queso cheddar!, ese de color naranjita. Las torres eran de parmesano, las ventanas de…
Una confusión muy «deliciosa»
Había una vez un niño llamado Jorge que vivía en un pueblo donde todos los domingos por la tarde, su tía Remedios venía a visitarlo con una sorpresa. A veces traía globos, otras veces cuentos, ¡y otras veces helados de todos los sabores imaginables!.…
La Olimpiada de los Chapuzones Chapoteosos
Había una vez, un día de verano tan caluroso que hasta los helados pedían sombra. En el jardín de la abuela Jacinta, relucía una piscina azulona, tan brillante que parecía hecha de cielo derretido. Y allí, en bañador, gorro de tiburón y gafas de…
La Gran Batalla de los Castillos de Arena
Había una vez una niña llamada Bea, que tenía seis años, los pies siempre llenos de arena y una risa que hacía reír hasta a las gaviotas. Un día de verano, Bea fue a la playa con su cubo, su pala y un plan…