Había una vez un oso panda llamado Pipo, que vivía en el bosque de Bambú, un lugar muy tranquilo y lleno de árboles altos, ríos cristalinos y montones de bambú fresquito. Aunque todo en el bosque era perfecto, Pipo tenía un problema… ¡no le gustaba la noche de fin de año!.
Cada diciembre, todos los animales del bosque se reunían para celebrar, pero Pipo siempre sentía que las fiestas eran… muy aburridas. ¡Todo el mundo estaba tan serio! Así que un día, mientras mordisqueaba un trozo de bambú, Pipo tuvo una idea brillante, ¡y su idea era tan brillante como la purpurina!.
«¡Voy a hacer la fiesta más divertida de la historia!», se dijo a sí mismo, mientras imaginaba luces brillantes, confeti volando por el aire y, por supuesto, ¡mucha purpurina!.
Así que, Pipo decidió que su fiesta de fin de año sería todo lo contrario a las fiestas aburridas de siempre. ¡La noche de fin de año sería llena de purpurina, lentejuelas y… un batido mágico de dos sabores!.
Pipo empezó a preparar su plan: primero, se fue al río a recoger purpurina dorada y plateada. ¡Eso sí que brillaba como las estrellas!. Después, fue al árbol más grande del bosque y decoró sus ramas con lentejuelas de todos los colores: rojas, azules, moradas y verdes. ¡Parecía que el árbol estaba cubierto de miles de mini arcoíris!.
Y luego, la parte más importante: el batido mágico. Pipo no sabía hacer batidos muy bien, pero había escuchado de una receta secreta que mezclaba frutas del bosque con magia. Así que fue a la tienda de las ardillas, donde se vendían los ingredientes más raros. Compró fresas que sabían a caramelo, plátanos que brillaban en la oscuridad, y una pizca de polvo de estrellas.
Pipo batió todo con su batidora de bambú y… ¡un batido rosa y azul apareció ante él! El sabor era tan increíblemente delicioso que Pipo decidió llamar a su bebida «El Batido de la Felicidad».
La fiesta estaba lista. Esa noche, Pipo invitó a todos los animales del bosque: los conejos, las ardillas, los ciervos y hasta los búhos. Todos llegaron al gran árbol de lentejuelas, ¡y nadie podía creer lo que veía! El aire estaba lleno de purpurina dorada que caía como lluvia brillante, y todos los animales empezaron a bailar mientras el batido mágico les daba energía.
Pero lo mejor fue cuando, justo a la medianoche, Pipo subió al escenario (un tronco gigante) y gritó: «¡Feliz Año Nuevo lleno de purpurina y magia!». Y justo en ese momento, ¡el batido explotó en una lluvia de burbujas que se convirtieron en estrellas brillantes!.
¡La fiesta de fin de año de Pipo fue la mejor de todas!. Todos bailaron, se divirtieron y tomaron batidos hasta que el sol empezó a salir. El bosque entero brillaba como nunca antes, y todos agradecieron a Pipo por hacer la fiesta más divertida del mundo.
Y desde ese día, cada fin de año, todos en el bosque de Bambú se aseguraban de que no faltara purpurina, lentejuelas y, por supuesto, el Batido de la Felicidad.
Y colorín colorado, este cuento mágico de Fin de Año ha terminado.
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