El Reino de Chapotilandia
Había una vez, en el lejano Reino de Chapotilandia, donde todo estaba hecho de agua: las casas eran burbujas gigantes, los coches eran delfines y los helados ¡eran de hielo de arcoíris!, y también vivía mucha gente, pero en concreto, había un grupo de…
La misión de Martín y los alienígenas resfriados
Había una vez un niño llamado Martín. Tenía 6 años, el pelo revuelto como si hubiera peleado con un tornado, y una risa tan ruidosa que espantaba hasta a los pájaros. Una noche, mientras Martín estaba en su cama soñando con tartas de chocolate…
Los toboganes mágicos del AguaSplash
Había una vez una niña llamada Rebeca que adoraba el verano. Le gustaban los polos de lima, los castillos de arena y, sobre todo, los toboganes de agua. Un día, su mamá le dijo: —¡Hoy vamos al parque acuático AguaSplash!. Rebeca pegó un salto…
La piscina volcán de Las Lanzas
Había una vez una niña llamada Sofía que se despertó un domingo muy feliz. ¡Hoy tocaba plan con su mamá y todas sus amigas!. Iban a pasar el día en la playa y luego en la piscina de una urbanización que se llamaba Las…
El tambor del Orgullo Arcoíris
Había una vez un día tan especial, tan especial, que hasta los semáforos parecían guiñar el ojo de lo contentos que estaban. Se celebraba cada año en muchos lugares del mundo y se llamaba el Día del Orgullo: una fiesta con millones de colores,…
Alma y el superpoder de decir no
Había una vez, en un pueblecito lleno de flores, columpios y gatos perezosos (tan perezosos que algunos ni maullaban, solo levantaban una ceja), una niña llamada Alma. Tenía seis años, el pelo en dos trencitas alborotadas como cables de espagueti, y una sonrisa con…
El Castillo del Queso y los Ladrones Mantequilla
Había una vez, en un valle lleno de flores y mariposas bailarinas, un castillo muy peculiar: el Castillo del Queso. No estaba hecho de piedra ni de ladrillos, sino de ¡queso cheddar!, ese de color naranjita. Las torres eran de parmesano, las ventanas de…
Una confusión muy «deliciosa»
Había una vez un niño llamado Jorge que vivía en un pueblo donde todos los domingos por la tarde, su tía Remedios venía a visitarlo con una sorpresa. A veces traía globos, otras veces cuentos, ¡y otras veces helados de todos los sabores imaginables!.…
La Olimpiada de los Chapuzones Chapoteosos
Había una vez, un día de verano tan caluroso que hasta los helados pedían sombra. En el jardín de la abuela Jacinta, relucía una piscina azulona, tan brillante que parecía hecha de cielo derretido. Y allí, en bañador, gorro de tiburón y gafas de…

























